El reciclaje de pequeños electrodomésticos y sus metales, un problema mundial

El reciclaje de pequeños electrodomésticos y sus metales, un problema mundial

El reciclaje de los pequeños electrodomésticos es uno de los grandes problemas mundiales a los que nos enfrentamos actualmente. Así como la generación de la gran cantidad de desechos electrónicos y la incertidumbre sobre su disposición final. Éste es un problema que constituye un desafío que los distintos estados no han podido resolver.

Como ya contamos en un post anterior, Naciones Unidas alerta de que en el mundo se generan unos 50 millones de toneladas de residuos electrónicos al año. Esta cantidad equivale a 125.000 aviones Jumbo, por ejemplo. De toda esta cantidad solo se recicla el 20%, según el informe de la ONU.

Este informe también aseguró que estos pequeños electrodomésticos debe tener un tratamiento y un reciclaje de profesionales ya que tienen un alto riesgo de contaminación.

Según la ONU si no se toman medidas al respecto, la cantidad de residuos se duplicará notablemente hasta 2050 donde se prevé que se llegue a 120 millones de toneladas anuales, siempre y cuando no se frente ante.

Ante esta situación se han pedido diferentes acciones para mejorar la gestión del flujo tóxico y convertirlo en una fuente de trabajo, principalmente desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La ONU define este tipo de basura electrónica como cualquier cosa que tenga un enchufe, un cable eléctrico o una batería. Dentro de este grupo se meten desde tostadas hasta cepillos de dientes electrónicos, móviles, portátiles, televisores, microondas, hornos… y cualquier aparato electrónico que nos encontremos por casa.

Estos desechos electrónicos suponen únicamente el 2% de la basura sólida mundial, pero corresponden hasta el 70% de los residuos peligrosos mundiales debido a los componentes de los que se basan.

A diferencia de otros residuos como pueden ser el vidrio, el plástico o el papel, estos productos contienen sustancias peligrosos, pero también otro tipo de metales como son el oro, el cobre o el níquel, que tienen que ser tratados para que no hagan daño a la naturaleza.

En la actualidad muchos desechos electrónicos o RAEES están siendo destruidos de manera equivocada, por lo que hacen mucho daño al Medio Ambiente lo que acabará en un detrimento a su salud.

Para que este tipo de basura electrónica no afecte negativamente al medio ambiente es necesario reciclarlos de manera óptima. Para ello es necesario llevar este tipo de pequeños electrodomésticos en puntos limpios, centros de reciclaje como es Manzaneque Cooper o Reydeman para que puedan descontaminarlos y reciclarlos para que puedan tener una segunda vida.

Dentro de estos aparatos hay que reciclar los metales pesados, las sustancias halogenadas, clorofluorocarburos, bifenilos policlorados y policloruro de vinilo, entre otros materiales que pueden ser muy contaminantes para el medio ambiente y que al final derivan en las napas de agua y de la atmósfera.

De igual manera se estima que muchos electrodomésticos antiguos o rotos están guardados porque no se sabe qué se tiene que hacer con ellos, y en casa también son residuos contaminantes. Por ejemplo, las lámparas de bajo consumo, o las baterías de los teléfonos móviles o los monitores de los ordenadores contienen elementos como el plomo o el fósforo que hacen de este tipo de basura un gran problema para el planeta.

 

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